Pedro Sánchez y el misterioso caso del Lamborghini que era Maserati (pero Cataluña no cuenta)

Pedro Sánchez, siempre listo para repartir justicia social, decidió que los ricos, esos malvados poseedores de Lamborghinis, debían empezar a pagar más impuestos. Porque claro, en su mundo, un coche de lujo es el símbolo del mal. Pero en su cruzada para castigar a los ricos, cometió un pequeño desliz: confundió un Lamborghini con un Maserati. ¡Qué cosas tiene la política! Su verdadero objetivo no era otro que el novio de Isabel Díaz Ayuso, que, oh sorpresa, tiene un Maserati. Detalle menor, por supuesto, porque para Sánchez, Lamborghini, Maserati… ¿qué más da?

Lo curioso es que, cuando hablamos de Cataluña, esa misma firmeza parece desvanecerse. Ahí, los ricos no son tan malos, los acuerdos millonarios no parecen tan injustos, y las concesiones financieras fluyen como si no hubiera mañana. Pero si tienes un Maserati y no eres parte de Cataluña, amigo, prepárate para pagar más. Justicia social selectiva, lo llaman.

El Lamborghini que no era y la mano ligera con Cataluña

Sánchez, en su afán por castigar a los más ricos (excepto si están en Cataluña, claro), quiso poner como ejemplo al ciudadano que osa conducir un… ¿Lamborghini? Bueno, resulta que se equivocó, era un Maserati. Pero, ¿quién necesita precisión cuando se trata de lanzar un mensaje populista? Lo importante es que quede claro que va a por aquellos que exhiben el lujo… siempre y cuando no se trate de acuerdos territoriales con Cataluña, porque ahí, las cosas cambian.

Es curioso cómo el presidente puede ser tan duro con algunos, mientras que con otros (léase, Cataluña) las concesiones fluyen con suavidad. Para unos, impuestos y ajustes; para otros, cheques y más cheques. Pero, claro, eso es política de altura.

Confundido, pero con «justicia social»… menos en Cataluña

La gran ironía es que mientras Sánchez mezcla marcas de coches, el resto del país asiste al espectáculo de cómo las reglas cambian según a quién se aplique. Si conduces un coche de lujo y no vives en Cataluña, cuidado, porque el presidente te tiene en su punto de mira. Pero si estás en Cataluña y tienes todo un régimen especial, entonces no hay problema. Tú no conduces un Maserati, conduces la narrativa del Gobierno.

Añadir comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *